Los carroñeros son animales oportunistas, es decir que ellos no cazan a los animales de los que se alimentan, sino que se aprovechan de los cadáveres que dejan otros depredadores. En muchas ocasiones estos esperan durante horas a que estos animales sean devorados para acercarse a comer ellos cuando ven que no hay peligro de ataque.
La gran mayoría de carroñeros van en pequeños grupos, que se pelearan para hacerse con el mejor trozo del animal consumido. Podemos encontrar varios tipos de carroñeros, desde los que en su dieta únicamente se encuentra la carroña, hasta aquellos que, por algún motivo, sobre todo de escasez de presas, se alimentan de cualquier animal muerto que puedan llevarse a la boca. También hay casos en los que los carroñeros han cazado en grupo para hacerse con una presa viva, pero es el menor de los casos.
Principales animales carroñeros
Hiena
Uno de los carroñeros más conocidos es la hiena. Este animal, aunque podamos pensar lo contrario, proviene de una de las familias de los félidos, es decir su origen está más cerca a los felinos que a cualquier otra especie, aunque podamos pensar que se representan mejor por los cánidos. Es un animal que en ocasiones caza, utilizando sobre todo su mandíbula más que sus garras retractiles. La fuerza de su mordisco es la más potente entre todos los mamíferos, superando con creces al tigre o al león. Además de carroñera también suele practicar el cleptoparasitismo, es decir, ataca a los depredadores para que dejen la presa que han cazado y poder así alimentarse.
Buitre leonado
De entre todas las especies de buitres, es el leonado el más reconocible por su cabeza de color blanca, prácticamente sin plumaje, su anillo de plumón en el cuello y por tener las plumas del resto de su cuerpo de color dorado o marrón, muy parecido al que podrían tener el pelaje del león. Esta especie es capaz de llegar a los 10 kilos de peso, con una envergadura de 2 metros y medio. Se les puede encontrar en España, siendo una de las pocas especies que se podría apreciar en la península. El buitre leonado, al igual que los demás buitres, son muy lentas en el vuelo, imposibilitando que puedan cazar presas vivas. Sus garras y su pico curvo, les sirve para desgarrar la carne del cadáver y poder alimentarse, metiendo toda la cabeza dentro de la cavidad que han creado para devorar los órganos internos del animal.
Erizo de mar purpura
Este erizo de mar tiene como cualidad que es capaz de enterrarse varios metros en el lecho marino para no ser detectado ni que tampoco le ataquen. Una de sus características es el color violáceo de sus púas, que utiliza para protegerse, pero, aunque parezca mentira, también los usa para poder desplazarse por el entorno. Puede llegar a medir hasta 12 centímetros de longitud, sin contar las púas, y para alimentarse va buscando animales o moluscos muertos en el fondo para adherirse a ellos y comer toda su carne.
Dragón de Komodo
Este reptil es uno de los más temidos por los humanos, ya que durante el año se producen decenas de ataques de estos dragones de Komodo llegando en ciertas ocasiones a matar a adultos o niños. Este animal principalmente es carroñero, pero es capaz de cazar siempre y cuando sea en grupo, acechando a la presa sigilosamente hasta dar muerte con el animal en cuestión de segundos. Según el tamaño de la presa, así será su modo de alimentarse, un espécimen adulto, es capaz de devorar entera una cabra o animal pequeño, sin embargo, si se trata de un ciervo, por ejemplo, utiliza las patas delanteras para aguantar al animal, mientras que con su fuerte mandíbula va arrancando la carne a tiras y las engulle rápidamente.
Demonio de Tazmania
Este marsupial es posiblemente el más grande que existe, habitando sobre todo al sur de Australia, más concretamente en Tazmania, de ahí su nombre. Este animal es característico por el ruido que emite, siendo este muy potente, su color negro, y sobre todo porque desprende un olor nauseabundo. Otra de las características es su ansia a la hora de comer, devorando con voracidad en pocos minutos. Aunque es capaz de cazar presas más pequeñas que él o incluso de su propio tamaño, suele vérsele más tiempo alimentándose de carroña que cazando.